Más de 40 grupos de investigación que luchan contra el cáncer, el alzhéimer y la ELA
El instituto ha salido adelante en plena época de ajustes; los investigadores acaban de estrenar 7.000 metros cuadrados de laboratorios en La Arrixaca
Ensayos clínicos para buscar tratamientos que permitan frenar el proceso degenerativo asociado a la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), una enfermedad para la que hoy no hay cura y que condena a los pacientes a la muerte; estudios con peces cebra para entender mejor los mecanismos moleculares de los tumores; análisis de centenares de muestras de cerebro humano para arrojar algo de luz sobre el alzhéimer; búsqueda de los factores genéticos implicados en enfermedades trombóticas. Son solo algunos de los proyectos que desarrollan los 46 grupos con que cuenta el Instituto Murciano de Investigación Biosanitaria (IMIB), que acaba de ser acreditado por el Carlos III como uno de los 20 centros de referencia de la ciencia biomédica en España.
Para la consolidación del IMIB, un proyecto desarrollado por la Comunidad Autónoma y la Universidad de Murcia (UMU), han sido claves los más de 7.000 metros cuadrados del nuevo Laboratorio de Investigación Biosanitaria (LAIB) del Campus de la Salud, en el hospital Virgen de La Arrixaca. Desde finales de octubre, los investigadores están ocupando poco a poco las seis plantas de este gigantesco edificio, que albergará el banco de cerebros con que cuenta la Unidad de Demencia de La Arrixaca, así como los peces cebra con los que la bióloga María Luisa Cayuela y el catedrático de Biología Celular de la UMU Victoriano Mulero buscan fármacos capaces de inhibir la metástasis en cáncer. De momento, en el LAIB ya trabaja Salvador Martínez, que dejó la dirección del Instituto de Neurociencias de Alicante para continuar en Murcia sus estudios sobre la ELA junto al jefe de Hematología y de la Unidad de Terapia Celular de La Arrixaca, José María Moraleda. También en el LAIB se ubicará el equipo que lidera el biólogo Pablo Pelegrín, que en 2013 consiguió 1,7 millones de euros de fondos europeos para estudiar las bases moleculares de los procesos inflamatorios.Junto al LAIB, el Campus de la Salud y La Arrixaca, el otro gran polo del IMIB está en los laboratorios del Centro Regional de Hemodonación. Su director, Vicente Vicente, es además subdirector científico del IMIB. «Lo interesante es que el instituto permite contar con servicios y plataformas comunes para todos los grupos. También se potenciarán las sinergias entre los investigadores básicos y los clínicos», explica. Un biobanco con muestras de tejidos, laboratorios de genómica, un animalario libre de patógenos. Todo estará a disposición de los grupos que necesiten de estas infraestructuras.
«Hemos ganado en capacidad para competir, porque tenemos a un montón de grupos trabajando juntos, aprovechando las sinergias», añade el neurocientífico Salvador Martínez, subdirector de investigación básica. El futuro es incierto, y los recortes no han hecho sino empeorar el panorama. La ciencia española ha sufrido un ajuste muy duro, con un año sin convocatoria de ayudas públicas. Buena parte de los 613 profesionales que trabajan en proyectos del IMIB disponen de contratos que penden del hilo de la financiación, ahora escasa. Otros muchos se han tenido que marchar fuera por la falta de oportunidades. En este contexto, la acreditación del IMIB cobra más valor si cabe. Pero este paso no garantiza el éxito, solo da la oportunidad de aspirar a conseguirlo. Luis García Marcos, subdirector técnico del IMIB, es optimista, porque «la investigación que se hace en Murcia es valorada fuera», como demuestra el respaldo otorgado por el Instituto de Salud Carlos III.
Para la consolidación del IMIB, un proyecto desarrollado por la Comunidad Autónoma y la Universidad de Murcia (UMU), han sido claves los más de 7.000 metros cuadrados del nuevo Laboratorio de Investigación Biosanitaria (LAIB) del Campus de la Salud, en el hospital Virgen de La Arrixaca. Desde finales de octubre, los investigadores están ocupando poco a poco las seis plantas de este gigantesco edificio, que albergará el banco de cerebros con que cuenta la Unidad de Demencia de La Arrixaca, así como los peces cebra con los que la bióloga María Luisa Cayuela y el catedrático de Biología Celular de la UMU Victoriano Mulero buscan fármacos capaces de inhibir la metástasis en cáncer. De momento, en el LAIB ya trabaja Salvador Martínez, que dejó la dirección del Instituto de Neurociencias de Alicante para continuar en Murcia sus estudios sobre la ELA junto al jefe de Hematología y de la Unidad de Terapia Celular de La Arrixaca, José María Moraleda. También en el LAIB se ubicará el equipo que lidera el biólogo Pablo Pelegrín, que en 2013 consiguió 1,7 millones de euros de fondos europeos para estudiar las bases moleculares de los procesos inflamatorios.
«Hemos ganado en capacidad para competir, porque tenemos a un montón de grupos trabajando juntos, aprovechando las sinergias», añade el neurocientífico Salvador Martínez, subdirector de investigación básica. El futuro es incierto, y los recortes no han hecho sino empeorar el panorama. La ciencia española ha sufrido un ajuste muy duro, con un año sin convocatoria de ayudas públicas. Buena parte de los 613 profesionales que trabajan en proyectos del IMIB disponen de contratos que penden del hilo de la financiación, ahora escasa. Otros muchos se han tenido que marchar fuera por la falta de oportunidades. En este contexto, la acreditación del IMIB cobra más valor si cabe. Pero este paso no garantiza el éxito, solo da la oportunidad de aspirar a conseguirlo. Luis García Marcos, subdirector técnico del IMIB, es optimista, porque «la investigación que se hace en Murcia es valorada fuera», como demuestra el respaldo otorgado por el Instituto de Salud Carlos III.
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