lunes, 27 de enero de 2020

NOTICIAS, El Idival abre nuevas líneas de investigación en esclerosis lateral amiotrófica:

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El grupo de enfermedades neurodegenerativas de la Fundación Instituto de Investigación Sanitaria Valdecilla (IDIVAL), en colaboración con el departamento de Anatomía y Biología Celular de la Universidad de Cantabria (UC) y el Instituto de Investigación Biodonostia (San Sebastián) ha abierto nuevas líneas de investigación en la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) con un estudio de las biopsias cutáneas en estos pacientes y en sujetos sanos.
Doctor Javier Riancho, del IDIVAL
Doctor Javier Riancho, del IDIVAL
IDIVAL SCS
Liderado por el doctor Javier Riancho, neurólogo del Hospital Sierrallana y responsable de la investigación en ELA del grupo de enfermedades neurodegenerativas del IDIVAL, este trabajo se ha centrado en el análisis de los fibroblastos dérmicos, que son unas células que se encuentran bajo la piel, informa el Servicio Cántabro de Salud en un comunicado.
El doctor Riancho ha explicado que los resultados han revelado que los fibroblastos de los pacientes con ELA presentan "alteraciones significativas" de gran relevancia, entre las que ha citado la menor capacidad de proliferación y el acúmulo de la proteína TDP42.
Esta proteína, ha añadido, se acumula de forma característica en el citoplasma de los pacientes con ELA, "considerándose como la huella principal de la enfermedad".
También ha destacado que este estudio ha permitido describir como los fibroblastos de los pacientes con ELA presentan "importantes dificultades" para la reparación de las lesiones del ADN, acción que constituye una "función esencial" para la supervivencia celular.
De hecho, ha comentado, "desordenes a este nivel podrían explicar, al menos en parte, la aparición de las enfermedades neurodegenerativas". Por este motivo, ha puesto en valor los resultados alcanzados en un doble ámbito.
En primer lugar, se ha referido a la apertura de nuevas perspectivas patogénicas de la enfermedad al demostrar que es una patología que, aunque típicamente involucra al sistema nervioso, afecta también a otros sistemas.
En segundo lugar, el doctor Riancho ha apuntado que el empleo de fibroblastos dérmicos, "mucho más accesibles y fáciles de obtener que las células del sistema nervioso", podría convertirse en un modelo "sencillo" para investigar aspectos relacionados con el origen de la enfermedad y en una herramienta para evaluar la respuesta a nuevas terapias.
TRES LÍNEAS DE INVESTIGACIÓN
Actualmente, el grupo de enfermedades neurodegenerativas del IDIVAL presenta tres líneas principales de investigación relacionadas con la ELA y entre las que se incluyen el papel de los factores ambientales en la enfermedad, el diseño de nuevas moléculas para su tratamiento y el desarrollo de nuevas hipótesis patogénicas, área en la que enmarca el estudio del doctor Riancho.
La ELA es una enfermedad del sistema nervioso que se caracteriza por una degeneración de las neuronas motoras, que son las que se encargan de controlar los movimientos voluntarios.
Por ello, los pacientes padecen una pérdida de masa muscular progresiva que condiciona problemas crecientes de movilidad y debilidad de la musculatura respiratoria.
Hoy en día no existe ninguna terapia que cure la ELA, centrándose las investigaciones en las causas y mecanismos de la enfermedad con el fin de descifrar los mecanismos que la desencadenan y buscar nuevas terapias.

lunes, 20 de enero de 2020

PERSONAS QUE SUMAN; El investigador que busca descifrar el misterio de la ELA

PERSONAS QUE SUMAN

El investigador que busca descifrar el misterio de la ELA

Miguel A. Mompeán indaga sobre cómo curar las neuronas enfermas de la esclereosis rlatal amiotrófica antes de que estas mueran
El científico Miguel Ángel Mompeán, en el Instituto de Química...
El científico Miguel Ángel Mompeán, en el Instituto de Química Física Rocasolano ÁNGEL NAVARRETE
Sólo han pasado unos meses desde que comenzó su investigación, financiada a través de la Fundación la Caixa, pero Miguel Ángel Mompeán recorre los largos pasillos del Instituto de Química Física Rocasolano (IQFR) con la determinación de quien tiene un objetivo entre ceja y ceja.
Todo partió de una pregunta a la que está intentando encontrar respuesta: "¿Podemos curar las neuronas enfermas antes de que mueran?". Se refiere a las células de nuestro cerebro responsables del control de los músculos que, afectadas por los procesos que desencadena la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), acaban perdiéndose, provocando la parálisis muscular y, finalmente, la muerte.
Para llevar a cabo su ambicioso proyecto, Mompeán necesita descifrar las distintas conformaciones de la proteína TDP-43, la responsable última del desarrollo de la enfermedad. "El descubrimiento de la TDP-43 ha sido relativamente reciente y hay muy pocos datos estructurales sobre ella", señala Mompeán.
"Si no conocemos qué tipo de conformaciones puede adoptar, no sabremos si la que estamos atacando con potenciales fármacos inhibidores es buena... Lo que yo propongo es hacer un barrido de las distintas conformaciones que puede adoptar la TDP-43 y la única forma de hacerlo es introduciendo esas proteínas en un imán de resonancia magnética".
Para explicar el funcionamiento de uno estos imanes ("sólo hay otros dos como este en España", advierte), Mompeán nos enseña las instalaciones del Laboratorio de Espectroscopía Manuel Rico, y recurre a un símil muy esclarecedor.
"Los murciélagos se guían por las ondas de sonido y con el eco saben si tienen una pared u otros objetos a una distancia determinada. En la resonancia magnética nuclear introducimos la proteína que queremos analizar, enviamos ondas de radiofrecuencia contra la muestra y registramos las respuestas de los diferentes átomos para poder saber cómo se distribuyen y se comunican entre ellos".
Sin embargo, los resultados no son tan fáciles de descifrar como los que puede ofrecer la resonancia magnética tradicional que se hace en los hospitales. "Es un trabajo muy concienzudo, que requiere muchas horas de análisis", advierte Mompeán. "Pero merece la pena, porque, al final, lo que consigues es la estructura de una proteína".
Cuando está trabajando en el laboratorio se pone música, desde Pink Floyd hasta cantautores como Rozalén, para concentrarse, pero también para motivarse cuando aparecen obstáculos. "La ciencia también es crear y ése nunca ha sido un camino fácil", resume con una sonrisa que es 50% orgullo y 50% ilusión.
Es la misma expresión que recorre su rostro cuando le preguntamos por su vocación. "Cuando mi hermano tenía 9 años le diagnosticaron diabetes. Yo, que tengo un año menos, iba con él y con mi madre a la Asociación de Diabéticos de Murcia y un día apareció un chico que era bioquímico y que estaba investigando la diabetes", recuerda.
"A mí me llamó mucho la atención que esta persona investigara su propia enfermedad crónica para mejorar su calidad de vida. Ese día le dije a mi madre: 'Mamá, yo de mayor quiero ser investigador para curar al hermano'". Y a partir de ahí, empezó a interesarse por la química y la biología.
En cuanto a la ELA, su interés llegó a través del "reto del cubo de agua helada", que se popularizó en redes sociales hace unos años. "Yo no conocía la enfermedad, pero decidí que el objetivo sería la TDP-43 gracias a todas las campañas que dieron visibilidad a esta horrible enfermedad". Y deja la frase en el aire, sabiendo en el fondo que, si consigue lo que se propone, habrá contribuido a luchar contra ellas.

NOTICIAS FDA - Aprueban nuevo medicamento contra la ELA

Aprueban nuevo  medicamento contra la ELA La FDA ha aprobado el primer tratamiento que adopta un enfoque basado en la genética para retrasar...