¿Restablecer el equilibrio intestinal puede ayudar a los afectados por esclerosis lateral amiotrófica? Así sugiere nuevo estudio en ratones.
31 enero, 2017
Compuestos como el butirato, que ayudan a restablecer el equilibrio de la microbiota intestinal y a hacer menos permeable el intestino, podrían alargar la supervivencia de los afectados por esclerosis lateral amiotrófica (ELA), según un estudio desarrollado en animales de experimentación.
El butirato es un ácido graso producido de forma natural por nuestra flora intestinal, fruto de la fermentación de fibra resistente a la digestión, por ejemplo, la que encontramos en productos como la patata fría, la yuca típica de Latinoamérica o algunos cereales. El butirato es esencial para nuestra salud digestiva, interviniendo en el control del crecimiento y muerte de las células que cubren la pared del intestino, entre otras muchas funciones.
Además de producirse de forma natural, ya se ha creado una forma sintética de este compuesto y se comercializan suplementos nutricionales. Un nuevo estudio, realizado en animales genéticamente modificados para desarrollar signos típicos de la esclerosis lateral amiotrófica, encontró que la suplementación con butirato logró reestablecer el equilibrio de la microbiota intestinal, disminuir la permeabilidad de las paredes del intestino y alargar la supervivencia de los animales.
La investigación, publicada en la revista Clinical Therapeutics, se apoyó en descubrimientos anteriores del mismo grupo de investigación que hablan a favor de la relación de los hongos, bacterias y virus que habitan nuestro intestino—la microbiota— con la esclerosis lateral amiotrófica (Wu, Yi, Zhang, Zhou, & Sun, 2015) .
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¿Cómo puede el intestino tener efectos neurológicos?
La influencia del intestino y su particular población (lo de particular es literal, nuestra población de bacterias y demás microbichos es muy individual) sobre la salud del sistema nervioso es un campo de investigación con mucho crecimiento en los últimos años.Se ha encontrado relación entre la composición y equilibrio de la microbiota con diversas alteraciones psiquiátricas, como la depresión o los trastornos de ansiedad. Entre las enfermedades neurodegenerativas, el párkinson cuenta con una teoría muy extendida que hipotetiza sobre un supuesto origen de la enfermedad en el intestino. En el alzhéimer, un estudio reciente encontró que los probióticos, que vienen en los famosos yogures, podían mejorar ligeramente la cognición en los enfermos de alzhéimer ¿Cómo puede ocurrir esto?
Sucede que el intestino también cuenta con millones de neuronas que están en constante comunicación con las neuronas cerebrales, en lo que se conoce como eje cerebro-intestino. El funcionamiento de este eje es el encargado de que, por ejemplo, al comer determinada cantidad de alimentos, nuestro cerebro interprete que estamos saciados.
Pero no solo mediante esta comunicación directa el intestino influye en el cerebro, y viceversa, sino que cuando el intestino es muy permeable, deja escapar esos microorganismos que lo conforman, provocando una reacción del sistema inmunológico que se traduce en inflamación y más daño.
Y en los afectados por la esclerosis lateral amiotrófica ¿qué sucede?
Mecanismos exactos aún no se han descrito, pero en el año 2015 este mismo grupo de investigación encontró que en modelos animales de la enfermedad, aun antes de que los síntomas de ELA se manifestasen, aparecían alteraciones intestinales en los animales.Basándose en esos resultados, los investigadores decidieron probar si restableciendo la salud del intestino se podía provocar algún efecto positivo en la enfermedad. En el estudio publicado recientemente, se alimentó a los ratones con suplementos de butirato que se les dio mediante el agua. Los investigadores comprobaron que en los animales tratados se restauró el equilibrio de la microbiota y disminuyó la permeabilidad del intestino. Lo que es más importante: estos cambios se tradujeron en que los ratones tratados vivieron en promedio 38 días más que los no tratados.
Para uno de los autores del estudio, el Dr. Jun Sun
Butirato es un subproducto bacteriano y ya está disponible sin prescripción como suplemento. Se necesitan estudios para ver sus efectos sobre la ELA en humanos, pero nuestros resultados preliminares en ratones son muy prometedores.Por muy prometedores que parezcan los resultados, siempre es importante recordar que las investigaciones realizadas en animales no pueden trasladarse mecánicamente a los afectados por esclerosis lateral amiotrófica. Por muy desesperante que pueda resultar a veces, hay que esperar a que los compuestos se prueben en seres humanos para ver si resultan seguros y efectivos.
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